miércoles, 7 de octubre de 2015

JOSÉ GERVASIO ARTIGAS

ALGUNOS ASPECTOS DE LA VIDA DE JOSÉ GERVASIO ARTIGAS. Tomado de Roy Berocay. Asesores Gerardo Caetano y  José Rilla. El país de las cercanías. Nuestra Historia como jamás te la contaron. Pág 82 a 86
Josef G. Artigas era hijo de Martín José Artigas, quien había llegado a ser Capitán del ejército español en Montevideo y había peleado contra los portugueses. Era también nieto de otro soldado español, Juan J. Artigas; por eso no resultó extraño que tras la unión de Martín J. con Antonia Rodríguez naciera un niño que llegara a ser luchador.
José fue un buen niño, y hacía amigos con facilidad, pero no fue un santo. Lo mandaron a la escuela de los padres Franciscanos y allí se convirtió en el líder de sus compañeros. Algunos que fueron a la escuela con él escribían después que tenía un carácter rebelde, que nunca se daba por vencido…
Llegó, entonces, un día en que los padres se dieron cuenta de que José nunca sería sacerdote, como ellos aspiraban. Al cumplir los 14 años el joven rebelde se alejó de su casa y se fue al campo a vivir la vida de los “hombres sueltos”.
Aprendió a cabalgar, a enlazar, a usar las boleadoras como indios y los gauchos, a domar potros, a cruzar arroyos a nado y a tirar el cuchillo. Sus habilidades sumadas a su fuerza de carácter lo llevaron a que muy pronto fuera respetado por la ruda gente de campaña.
Tiempo después, cuando todavía era un jovencito, José Artigas se fue para la frontera, una zona muy peligrosa y llena de malhechores, donde con el tiempo llegó a mandar sobre ochenta hombres armados, incluyendo algún bandido portugués. Con ellos se dedicaba a cuerear ganado y a otras actividades comunes como el contrabando.
José vivió así muchos años, recorriendo la campaña, imponiéndose entre gauchos e indios o viajando a la ciudad, donde cambiaba sus ropajes de gauchos por prendas de moda y se juntaba con sus amigos para divertirse. Muchos le llamaban pepe Artigas.
Cuando tenía ya treinta y pico de años, Artigas decidió cambiar de vida. Aprovechó un perdón que el gobierno había dado a los contrabandistas – y a otros – y pudo ingresar entonces en el Cuerpo de Blandengues y su patrulla fue la más temida y respetada. En ese tiempo combatió cuerpo a cuerpo con bandidos y portugueses y conoció muchas mujeres con las que tuvo hijos.
Era también un tiempo en que grandes ideas sacudían el mundo. En los fogones nocturnos, Artigas, a quien le gustaba mucho leer y discutir ideas, se interesaba por la revolución francesa, y también por la de Estados Unidos que pregonaba ideas similares
Cuando en mayo de 1810 estalló en Buenos Aires la “revolución”…., Artigas se fugó con varios de sus hombres y soldados y logró que la gente de la campaña, tanto estancieros como peones, indios y esclavos, se le unieran. Es que según los escritos de la época “en sesenta leguas a la redonda no hay más voz que la suya”, tanto era la influencia de Artigas en el campo.
Fue así, que la campaña entera se levantó en armas contra Montevideo, mientras se extendía “la admirable alarma”, la voz que llama a la pelea….
…………………………………………………………………………………………………………………
“Tal era Artigas en la época que lo visité,…, me hice a la vela atravesando el Río de la Plata y remontando el bello Uruguay, hasta llegar a cuartel general del Protector en el mencionado pueblo de la Purificación. Y allí, ¿qué creéis que vi? Pues al Excelentísimo Protector de la mitad del nuevo Mundo sentado en un cráneo de novillo, junto al fogón encendido en el piso de rancho, comiendo carne de un asador y bebiendo ginebra en guampa! Lo rodeaba una docena de oficiales mal vestidos…para complementar la singular incongruencia del espectáculo, el piso de la única habitación de la choza en que el general, su estado mayor y secretarios se congregaban, estaba sembrado con pomposos sobres de todas las provincias dirigidas a su excelencia el protector. A la puerta estaban los caballos humeantes de los correos que llegaban cada media hora y los frescos de los partían con igual frecuencia… Todos se dirigían a su Excelencia el Protector sentado en un cráneo, fumando, comiendo, bebiendo, dictando, hablando, despachaba sucesivamente los varios asuntos…
Por la tarde su Excelencia me dijo que iba a recorrer el campamento e inspeccionar sus hombres y me invitó a hacerle compañía…heme aquí, ahora, cabalgando a su derecha por el campamento… Todos se llamaban por su nombre de pila…excepto que todos al dirigirse a Artigas, lo hacían con la evidentemente cariñosa y a la vez familiar expresión de mi general.
…Su campamento lo formaban filas de toldos de cuero y ranchos de barro; y éstos, con una media docena de casuchas de mejor aspecto, constituían lo que se llamaba la Villa de purificación.”

Relato publicado en Londres. 1839 por J. Robertson, comerciante inglés que visitó a Artigas en 1815.
……………………………………………………………………………………………………………………………

ARTIGAS, CONDUCTOR Y CONDUCIDO: “Artigas, un caudillo, ciertamente, pues esa era la forma de liderazgo que la estructura social, económica y cultural del siglo XIX alimentaba al poder político. Pero no el pastor de un rebaño, pues el protagonismo en ocasiones esenciales, en giros decisivos para la Revolución, fue asumido directamente por la sociedad oriental y desde 1813 y sobre todo 1815, por su sector mayoritario, las “clases bajas” (…). Lo que a menudo se escamotea es que fue “el pueblo oriental en armas”, como lo ha demostrado Agustín Berazza, el que impulsó a su caudillo a la resistencia con un “furor” que éste a veces debió contener. J. Pedro Barrán. Artigas: del culto a la traición Artículo Semanario Brecha. 1986


JOSÉ ARTIGAS, EL HOMBRE.
VISÓN DE SUS CONTEMPORÁNEOS.
“Era un muchacho travieso e inquieto, sus padres tendían establecimiento s de campana y de unos de estos desapareció como a la edad de 14 años y ya no paraba en sus estancia  (…)  correr alegremente los campos, changuear y comprar en este ganado y caballada par a irlos a vender a la frontera del Brasil.”  Nicolás de Vedia. Apuntes biográficos sobre José A. Artigas.
“(…) mis tías me decían que tío Pepe era muy paseandero y muy amigo de la sociedad y de visitar, (…) y que se hacía atraer la voluntad de las personas por su modo afable y cariñosos.” Testimonio de una sobrina de Artigas siglo XIX.
“Artigas era (…) el hombre niño mimado de los jefes a cuyas órdenes sirvió (…) si se nombraba a Artigas en la campaña todos temblaban.” Capitán español, Salazar. 1811
…………………………………………………………………………………………………..
Citado por G. Caetano en el marco del Bicentenario.Dibujo a lápiz de Demersay, realizado a la vista del Artigas auténtico durante sus últimos años de vida en el Paraguay, suele citarse el fragmento de una carta del propio Blanes: “Este óleo, sin duda se parece tanto al célebre caudillo como un huevo a una castaña; pero yo no soy historiador, sino artista, y para una obra pictórica no me da base el dibujo que se supone de Bompland(,Demersay), que fue sin duda un hombre de ciencia, pero no un retratista, ni cosa que lo valga. El dibujo del sabio francés más que retrato de cualquier viejo, me hace el efecto de una caricatura de una vieja…”




Citado por G. Caetano en el marco del Bicentenario. Fue en 1884, el senado uruguayo encargó a Juan Manuel Blanes la realización de un retrato oficial de José Artigas en la Ciudadela, con seguridad la representación más representativa y divulgada del Jefe de los orientales.
……………………………………………………………………………………
ARTIGAS, EL HOMBRE Y LA LEYENDA.
  • S XIX, LA LEYENDA NEGRA. 
1814, Decreto de posadas, pone precio a la cabeza de Artigas.
1818, folleto redactado por Feliciano Saín de Cavia, Secretario del Directorio de Buenos Aires, con objetivo propagandístico:
“(…) Artigas e s un patriota intruso, accidental, (…) traidor a los destinos de América, desertor de estandartes, propagador de máximas erróneas, de teorías falsas, de principios antisociales, (…), lobo devorador y sangriento bajo piel de cordero, origen de todos los desastres del país. Azote de la patria, (…)
  • SEGUNDA MITAD DEL S XIX Y PRINCIPIOS DEL S XX. LA LEYENDA DE BRONCE.
La necesidad de consolidación del sentimiento de NACIÓN, es necesario la presencia de un héroe. La historiografía al servicio de este fin de las instituciones políticas, partidos políticos: Artigas, el héroe nacional, ideador de la nación.
  • 1960, LA LEYENDA ROJA. Acompaña la consolidación de la izquierda en el Uruguay. Reivindica el programa socialista en la figura de Artigas, su apoyo a “los más infelices”.
  • 1973-1985 LA DICTADURA. Vinculado a la legitimación del poder político militar, se exaltan sus atributos militares como Jefe del ejército.


No hay comentarios:

Publicar un comentario